top of page

Marco Humberto Oto Rivera

1993 - 2019

MARCO OTO.jpg

Himelda Rivera, de 57 años, domiciliada en el barrio de Atucucho, en el noroccidente de Quito, supo que su hijo Marco Oto había caído del puente de San Roque alrededor de la medianoche del lunes 7 de octubre cuando alguien llamó por teléfono para avisarles que estaba internado en el Hospital Carlos Andrade Marín.

Lo habían llevado desconocidos en el balde de una camioneta particular, que lo habían recogido tras caer de un puente de ocho metros de altura. Según la primera historia clínica había llegado vivo, a las 19h16, «con traumatismo craneoencefálico severo, lesiones a nivel de su cara, sangrado por nariz y boca; piezas dentales rotas y sangre en la cavidad oral».

Al menos tres videos que empezaron a circular en redes sociales esa tarde mostraban a dos personas cayendo del Puente de San Roque en medio de una trifulca en que policías motorizados perseguían a una multitud que, huyendo, se encaramaba en la puerta ubicada a mitad del puente, mientras otros la rodeaban colgando por los lados. Un video muestra a dos de los que intentaron colgarse, cayendo al vacío.

Otro video muestra tres bultos en el suelo, lo que da lugar a la versión de que tres personas cayeron del puente. Solo existe certeza de dos. La tercera no se sabe quién es, ni si murió o no, ni siquiera si en en realidad era una persona o un objeto oscuro en el mismo lugar. Sin duda uno de los caídos era José Daniel Chaluisa Cusco, un estibador del Mercado de San Roque que ingresó al mismo hospital y que murió esa misma noche. El otro era Marco Oto Rivera, de 26 años, con un carnet entregado por el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades  (CONADIS) según el cual padecía de una discapacidad intelectual del 46%, con complicaciones como la leve pérdida de memoria, dolor físico constante, susceptibilidad emocional e incapacidad de correr con normalidad.

Pese a ello, Marco Oto Rivera llevaba una vida plena. Himelda, su madre, cuenta que combinaba sus pasatiempos con responsabilidades; le gustaba ir a fiestas, a conciertos de sus bandas favoritas de punk y rock, y participar en los paseos familiares. 

Por ocho años trabajó como empacador en la empresa Quala, ubicada en Carapungo, en la Avenida Panamericana Norte. Ese lunes 7 de octubre, en medio de las paralizaciones que vivía el país, Oto salió de su casa a las 06h00 con la intención de ir a su trabajo. ¿Qué hacía a las 16h00 corriendo en el Puente de San Roque, en el centro de la ciudad, tan lejos de su casa y de su lugar de trabajo? Su madre dice que por el cierre de vías no pudo llegar a la empresa y que había decidido ir a San Roque a comprar un par de jeans.

La versión es inverosímil porque la ciudad entera vivía un clímax de violencia. Las calles estaban cerradas y no había transporte público. Informes de prensa daban cuenta de saqueos en la zona de San Roque en medio de las protestas contra la decisión del Presidente Lenín Moreno de eliminar el subsidio de los combustibles.

Su madre, quien asegura que él no tenía las intenciones de salir a protestar, también dice que el joven estaba indignado con las decisiones económicas del presidente Moreno. Los hechos lo sitúan alrededor de las 16h00 en el Puente de San Roque, y no se tiene certeza de la hora exacta, poco después, tendido ocho metros abajo del puente. El último reporte médico existente fue a las 16h37 del martes 8 de octubre. No se ha reportado la hora de su muerte.

bottom of page