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VICTIMAS DEL PARO NACIONAL

El 1 de octubre de 2019 Lenín Moreno, presidente del Ecuador, anunció 6 medidas económicas y 13 propuestas de reforma. Por medio de una cadena nacional informó a la población de la creación del decreto ejecutivo 883.

La reacción de varios sectores, gremios y asociaciones no se hizo esperar. Primero con la sorpresiva noticia de que el impuesto al valor agregado IVA no iba a ser aumentado. La eliminación del subsidio a los combustibles, reformas en contratos laborales y regulaciones con trabajadores del sector público fueron los principales ejes para que dirigentes llamen a un paro nacional.

Las calles de Quito amanecieron cerradas por taxis, buses y transporte pesado. El 3 de octubre tomaba cuerpo de realidad esa manifestación en contra del gobierno de Lenín Moreno. No era una manifestación pacífica, por las llantas quemadas, prohibición del paso a los transeúntes e inicios de violencia a los que no compartían la postura de rechazo.

Gremios de trabajadores y estudiantes salieron a las calles en los días posteriores con rumbo al palacio de Carondelet, sede del presidente de la república. El enfrentamiento con policías y militares causó los primeros heridos y detenidos de las jornadas de protestas entre los dos bandos. Este paro nacional mediante el paso de los días tomaba niveles de crecimiento inesperados en todo el país y el gobierno, por su parte, mantenía su decisión de adoptar las medidas económicas.

Habitantes de las principales ciudades de Ecuador cerraron sus vías de acceso, el caos se tomó las avenidas principales y desencadenó en saqueos aprovechados por delincuentes infiltrados en las protestas. El presidente declaró toque de queda para precautelar la seguridad de la ciudadanía, a la que los manifestantes hicieron caso omiso y el control se iba de las manos de los equipos de seguridad pública.

Desde el centro de la serranía ecuatoriana la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) movilizaba a miles de habitantes de los páramos andinos. Muchas familias se quedaron sin su jefe de hogar o en otros casos, era toda la familia que se marchaba del campo y emprendía camino hacia la capital. El medio no importaba, varias camionetas se abastecieron de alimentos, banderas y personas. Otros caminaban, el objetivo era mostrar el rechazo a las medidas tomadas y la fecha límite de llegada a Quito, estaba anunciado para el miércoles 9 de octubre.

A partir de ahora, la independencia de Guayaquil, será también recordada por la ola de protestas más violenta que se ha desarrollado en el país en las últimas décadas. Las manifestaciones llegaron a su pico más alto, varios sectores de la capital reproducían escenas similares a la que vemos en una película de guerra civil. El pronóstico, por supuesto, no iba a ser alentador. Como consecuencia de las marchas se contaban heridos entre los manifestantes y también entre las filas de los grupos de policía y militares respectivamente.

Los centros universitarios dejaron la rutina de la academia y convirtieron sus aulas en zonas de paz, en donde estudiantes, docentes y población civil demostraron los más nobles actos de altruismo. Médicos voluntarios socorrían a los hombres, mujeres y niños que resultaban heridos y brindaban alimento a los que decidieron salir de su zona habitual y reclamar en las calles. En los demás sectores del país la tensión era igual, varios grupos de seguridad pública fueron retenidos por grupos de manifestantes organizados que después de jornadas de enfrentamientos pedían la retirada de sus elementos a cambio de su libertad.

Sin embargo, el hecho más lamentable de este capítulo de protestas fue la pérdida de vidas humanas. El motivo de esta investigación periodística emprendida por autoridades, docentes y estudiantes de la carrera de periodismo de la Universidad de Las Américas es aclarar las razones de los 11 fallecidos presentados por la Defensoría del Pueblo y contrastar la información oficial que han publicado fuentes del estado, medios de comunicación y testimonios de personas que mantienen en su mente el recuerdo de estas muertes.

El objetivo principal, detallado en las siguientes historias, es visibilizar el lado humano al que se ha llegado tras largos días de investigación y documentación. Definir las condiciones exactas que precedieron a los fallecimientos y mantener con vida la memoria de aquellos compatriotas víctimas de esta página difícil de nuestra historia, de quienes a partir de hoy serán los 11.

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